El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha puesto en marcha una Unidad de Tratamiento Integral para la atención de pacientes con autismo, una iniciativa pionera en España con la que pretende atender las necesidades médicas de estos pacientes y mejorar su comunicación con otros servicios médicos de este centro para atender cualquier patología asociada al trastorno del espectro autista (TEA).
Según ha destacado la viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Ana Sánchez, el objetivo de esta iniciativa es "eliminar las barreras" que tienen estos pacientes a la hora de acceder al sistema sanitario, para lo que dicha unidad cuenta con un equipo de psiquiatras y psicólogos que, desde que comenzara a funcionar el pasado 1 de abril, ya han atendido a 30 personas procedentes de toda la comunidad.
De este modo, la unidad va a recibir derivaciones de pacientes con esta patología para que reciban una atención directa a través de los médicos de cabecera o de cualquier especialista de la red pública. Tras presentar un informe sencillo que justifique el diagnóstico para poder ser atendido en la unidad, según la coordinadora de la unidad, Mara Parellada, se canaliza a cada paciente "dando preferencia a quienes más lo necesiten".
El autismo es un trastorno neuropsiquiátrico crónico que afecta a la capacidad para la comunicación y el lenguaje, lo que produce dificultades en las relaciones sociales. De este modo, explica Parellada, esto dificulta la detección de otras patologías y hace necesario "individualizar y protocolizar" su atención.
Aproximadamente, se estima que esta enfermedad afecta en España a más de 250.000 personas en España -uno de cada 160 españoles-, aunque está infradiagnosticada y los datos más fiables se obtienen por los registros de las asociaciones, añade la experta. Esto impide que puedan recibir el tratamiento adecuado que necesitan por su condición autista así como "tener en cuenta su enfermedad para cualquier otro proceso sanitario".
Según Parellada, son pacientes que tienen más problemas orgánicos, ya que al haber un problema de desarrollo neurobiológico hay otras patologías que se asocian a este trastorno, tales como problemas con reacciones cromosómicas o metabólicas. Además, al tener el sistema nervioso alterado hay otros síndromes específicos como alteraciones del síndrome X frágil, esclerosis tuberosa y otras patologías que se asocian con fenotipos autistas.
Origen de la enfermedad
El conocimiento de los mecanismos que originan el autismo es aún escaso, aunque la investigación en el campo de la patología autista se ha incrementado en los últimos años. De hecho, en la unidad de Psiquiatría de Adolescentes del Gregorio Marañón, que coordina el doctor Celso Arango, se investiga sobre las bases biológicas del espectro autista.
De este modo, se investiga sobre los procesos metabólicos oxidantes, que parecen desequilibrados en las personas con autismo a favor de un excesivo estrés oxidativo, es decir, daño cerebral causado por procesos relacionados con el estrés y, por otro, se están realizando estudios de neuroimagen con el objetivo de averiguar qué áreas cerebrales tienen alteraciones viendo los cambios de estructura y de volumen del cerebro a través de técnicas de imagen.
Según el doctor Arango, esta enfermedad debe diagnosticarse en los primeros 24 meses de vida, ya que así se favorece la atención temprana de la enfermedad al tiempo que también se pueden "evitar situaciones de discriminación en su entorno social". Así, los primeros síntomas se pueden observar en dificultades en la comunicación, en la relaciones interactivas, un retraso en la comunicación verbal, miradas distraídas, fallos a la hora de dar o compartir.
No obstante, afirma la doctora Parellada, actualmente la mayor parte de estos pacientes son personas jóvenes, a los que hay que añadir otros pacientes adultos ingresados en residencias "diagnosticados como un retraso mental sin especificar".
Según ha destacado la viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Ana Sánchez, el objetivo de esta iniciativa es "eliminar las barreras" que tienen estos pacientes a la hora de acceder al sistema sanitario, para lo que dicha unidad cuenta con un equipo de psiquiatras y psicólogos que, desde que comenzara a funcionar el pasado 1 de abril, ya han atendido a 30 personas procedentes de toda la comunidad.
De este modo, la unidad va a recibir derivaciones de pacientes con esta patología para que reciban una atención directa a través de los médicos de cabecera o de cualquier especialista de la red pública. Tras presentar un informe sencillo que justifique el diagnóstico para poder ser atendido en la unidad, según la coordinadora de la unidad, Mara Parellada, se canaliza a cada paciente "dando preferencia a quienes más lo necesiten".
El autismo es un trastorno neuropsiquiátrico crónico que afecta a la capacidad para la comunicación y el lenguaje, lo que produce dificultades en las relaciones sociales. De este modo, explica Parellada, esto dificulta la detección de otras patologías y hace necesario "individualizar y protocolizar" su atención.
Aproximadamente, se estima que esta enfermedad afecta en España a más de 250.000 personas en España -uno de cada 160 españoles-, aunque está infradiagnosticada y los datos más fiables se obtienen por los registros de las asociaciones, añade la experta. Esto impide que puedan recibir el tratamiento adecuado que necesitan por su condición autista así como "tener en cuenta su enfermedad para cualquier otro proceso sanitario".
Según Parellada, son pacientes que tienen más problemas orgánicos, ya que al haber un problema de desarrollo neurobiológico hay otras patologías que se asocian a este trastorno, tales como problemas con reacciones cromosómicas o metabólicas. Además, al tener el sistema nervioso alterado hay otros síndromes específicos como alteraciones del síndrome X frágil, esclerosis tuberosa y otras patologías que se asocian con fenotipos autistas.
Origen de la enfermedad
El conocimiento de los mecanismos que originan el autismo es aún escaso, aunque la investigación en el campo de la patología autista se ha incrementado en los últimos años. De hecho, en la unidad de Psiquiatría de Adolescentes del Gregorio Marañón, que coordina el doctor Celso Arango, se investiga sobre las bases biológicas del espectro autista.
De este modo, se investiga sobre los procesos metabólicos oxidantes, que parecen desequilibrados en las personas con autismo a favor de un excesivo estrés oxidativo, es decir, daño cerebral causado por procesos relacionados con el estrés y, por otro, se están realizando estudios de neuroimagen con el objetivo de averiguar qué áreas cerebrales tienen alteraciones viendo los cambios de estructura y de volumen del cerebro a través de técnicas de imagen.
Según el doctor Arango, esta enfermedad debe diagnosticarse en los primeros 24 meses de vida, ya que así se favorece la atención temprana de la enfermedad al tiempo que también se pueden "evitar situaciones de discriminación en su entorno social". Así, los primeros síntomas se pueden observar en dificultades en la comunicación, en la relaciones interactivas, un retraso en la comunicación verbal, miradas distraídas, fallos a la hora de dar o compartir.
No obstante, afirma la doctora Parellada, actualmente la mayor parte de estos pacientes son personas jóvenes, a los que hay que añadir otros pacientes adultos ingresados en residencias "diagnosticados como un retraso mental sin especificar".
Folleto proyecto (pincha)
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