Que deprisa pasa el tiempo, si parece que fue ayer cuando nació y empezamos la lucha diaria… y hace ya 2 años que comenzamos la catequesis para preparar el gran día que está a punto de llegar a su vida: la primera comunión.
Ha sido un camino llevadero y agradable y del que Pablo ha
disfrutado mucho. El año pasado los sábados y este los domingos han asistido a
catequesis con todos sus compañeros con una gran alegría y también con mucho
entusiasmo. La experiencia le ha gustado mucho, pues iba muy contento y poco a
poco y así manera ha ido conociendo a Jesús.
Y luego después a misa. Se sabe todas las partes de la misa
perfectamente y le gusta ver cómo domingo tras domingo se repite lo mismo, ese
guión que él tiene ya dentro de su cabecita y que le hace sentirse tan seguro y
cómodo en la iglesia.
Todos los domingos al terminar la misa, va recoger la
carpeta de los papeles y se la entrega al cura, forma parte de su ritual
dominical.
Esta semana estamos con los últimos preparativos para la comunión
del cuerpo de Cristo, como dice él. El
cura nos ha dado unas formas para que vayamos en casa practicando la comunión,
pues es un niño que no le gusta mucho meterse cosas en la boca. Los primeros días
fue un poco desastre pero ya lo hace bastante bien, creo que podemos decir que
misión cumplida.
Va vestido de marinero, y que voy a decir yo, esta guapísimo,
jajajaja. Lo que más me gusta de todo es que el está viviendo este momento como
algo muy importante, pues en casa lo estamos trabajando para que el pueda
comprender lo que va a pasar el día 26 de mayo y como es el así no tiene ningún
interés ni en los regalos, ni en nada de nada. Que inocencia tan pura tienen
estos angelitos.
Luego celebraremos una comida en casa con toda la familia y
amigos y también está muy contento, pues le encanta que la casa esté llena de
gente.
Seguro que es un día maravilloso, del que voy a guardar un
bonito recuerdo.
La próxima semana colgare un resumen del como ha salido
todo.